domingo, 9 de octubre de 2011

Que nadie como tú me sabe hacer café.

No sabes cómo echo de menos esas mañanas soleadas, cuando se nos pegaban las sábanas (que olían a ti). Cuando hablábamos de ese tatuaje en árabe con tu nombre. Cuando me dormía mirando tu espalda y se nos olvidaba la hora. Cuando caminaba ignorándote, y me agarrabas y me llevabas hacia ti (para achucharme). Puede que hayamos cambiado nuestros zapatos llenos de arena por noches locas de fiesta donde se me olvida tu nombre, donde olvidas besarme. Puede que no seas el más molón últimamente en mi vida, que no me acueste pensando en ti y que con Martu hable del guapete de turno. Pero sabes, cielo? Nadie como tú me sabe hacer café.


No hay comentarios:

Publicar un comentario